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Sin temor a equivocarme, esta es la única novela escrita hasta hoy sobre la Oaxaca profunda, la de la periferia de todo. Sus paisajes y personajes están muy lejos de esa visión idílica de una capital gentrificada para complacer al turismo. A caballo entre la crónica y la autoficción, esta obra transpira deseo y vileza a manera de expiación. Una voz narrativa se desmarca del predecible relato edificante sobre los desposeídos. La Guelaguetza aparece ojerosa y pintada como travesti viejo. El universo gay marginal descubre sin contemplaciones la hipocresía y prejuicios de una sociedad machista. La juventud sin éxtasis de Emilio, Brandon y Leticia acompaña con mucho licor y cocaína sus madrugadas en busca de placer entre las sórdidas calles de la Central de Abastos. Son “centraleros”. El descubrimiento y reafirmación sexual desde el “lado moridor” no deja lugar a condescendencias a la corrección política, obstinada en desinfectar el lenguaje de su carga vital. La Oaxaca de postales y tlayudas queda apabullada por la ciudad marginal y su miserable periferia que en su crudeza existencial, se vuelve invisible a las convenciones. Con Centraleros, Antonio Pacheco hace su debut en la novela a un ritmo perturbador, pero sobre todo, lleno de sinceridad.
-J. M. Servín
Antonio Pacheco Zárate es originario de Santa Catarina Juquila, Oaxaca. Forma parte del Colectivo Cuenteros. Ha publicado cuentos en los periódicos Tiempo, El Imparcial y Noticias de Oaxaca. Su libro de cuentos Sol de Agosto fue publicado en 2020 por Matanga Taller-Editorial. Centraleros es su primera novela.
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La Asociación Civil Trans de Oaxaca reúne sentimientos-pensamientos entintados en palabras, escritos por poetas trans de Abya Yala (manera de nombrar el continente americano en lengua kuna). El territorio oaxaqueño se extiende a múltiples rincones distanciados entre sí, en diferentes idiomas, habitaciones y veredas.
Letras en multicolores odiando cuerpos normados, binder, pieles ajenas… Poetas en rabia manifiestan en tinta o caracteres esas sensaciones dolorosas, amadas y abrazadas. De la ternura con rabia surgen poetas trans.
Las palabras de Ángel irradian sensaciones cálidas desde el zapoteco de la sierra sur (Di’stè). Nos recuerdan que somos seres de ensueño viajando entre tormentas, lloviznas y amaneceres.
Poemario escrito originalmente en zapoteco, lengua materna del escritor. Se divide en tres partes: vuelos, cánticos, también alas y raíces. Cada fragmento enlazado provoca la sensación humana terrenal, de lo ausente y de lo visible e invisible.
García Reyes redacta la historia cuando los frailes arriban a Nueva España. Juan de Zumárraga, el primer arzobispo es conocido como “defensor de los indios”, quien fue testigo de atrocidades en los juicios contra indígenas y españoles.
Entre la historia y la literatura.
La investigación de García Reyes en los Archivos desarrolla la historia de Juan Zumárraga en tonos tenues mostrando los detalles cotidianos de aquella época. Es importante mirar la historia desde el presente al pasado. De esta forma, comparar cuáles son los efectos en la cultura originaria que resiste al nebuloso futuro.
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